Una cita con las Perseidas
A unos les da por ir en busca de pokemon, y a otros por "cazar" perseidas en una noche de verano; lo verdaderamente importante es hacer lo que a uno realmente le gusta. La montaña nocturna nos da otra dimensión de ella misma, a la vez que nos alivia de los calores veraniegos; de noche la montaña nos recibe con una tranquilidad y sosiego que nada tiene que ver con su versión diurna; "perdemos" el paisaje que nos rodea, pero ganamos en paz y serenidad. Subir al Alto de las Guarramillas una noche de verano a intentar visionar estrellas fugaces, es tarea sencilla, pero muy gratificante.
A unos les da por ir en busca de pokemon, y a otros por "cazar" perseidas en una noche de verano; lo verdaderamente importante es hacer lo que a uno realmente le gusta. La montaña nocturna nos da otra dimensión de ella misma, a la vez que nos alivia de los calores veraniegos; de noche la montaña nos recibe con una tranquilidad y sosiego que nada tiene que ver con su versión diurna; "perdemos" el paisaje que nos rodea, pero ganamos en paz y serenidad. Subir al Alto de las Guarramillas una noche de verano a intentar visionar estrellas fugaces, es tarea sencilla, pero muy gratificante.
AVISO MUY IMPORTANTE: No dejes basura en el monte, ni pañuelos de papel u objetos absorbentes, ni cascaras de fruta, ni latas, plásticos, etc, etc. Llevar una bolsa en la mochila donde guardar los desperdicios ocupa poco y pesa menos, para tirarla al final de la ruta en algún punto de recogida, en un pueblo de paso, o incluso en casa. Otros usuarios y la naturaleza nos lo agradecerán. La ruta transita por el interior del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, debiéndose cumplir la normativa fijada por la dirección del parque.
El Montón de Trigo y el Puerto de Navacerrada desde la ascensión a Guarramillas por el PRM 17
Antenas de la estación repetidora de señales en el Alto de las Guarramillas
©Texto de Rafael Rodríguez; fotografía de M. Sf. S. y Rafael Rodríguez.
Efímeras lágrimas vagando por lo inmensurable, destellos del comenta que cada San Lorenzo nos roza. Las Perseidas, esta noche, no se perdieron entre tormentas. Se mostraron fugaz pero visiblemente y después se alejaron, adentrándose donde ya no pueden verse. Habrá que esperar otro año más para, desde el alto de Guarramillas, a pie de antenas por humanos elevadas, apacible y serenamente observar lo que tan sólo un instante dura pero que tanta plenitud transmite.
ResponderEliminarSalud y Montaña, amigo Rafa.
Pues si Carmar, efímeras, tanto como nuestro presencia en este universo infinito. Habrá que esperar otro año para ir en su búsqueda, sabiendo que de no llegar a visionar ni una sola, tendremos la certeza de que habrán rondado sobre nuestras cabezas. Algunas fuimos capaces de "cazar", por lo que la satisfacción fue plena. Con que poco nos sentimos felices a veces los humanos; quizás le damos demasiada importancia a cosas que no la tienen. Gracias por el comentario y un abrazo.
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